Wednesday 30 January 2013

¿Hay justicia en el mundo? (1975)


¿Hay justicia en el mundo?

Reflexiones con motivo del trigésimo aniversario de la tragedia de Bleiburg
Franjo Nevistić
Studia Croatica, Año XVI – Enero – Junio 1975- Vol. 56-57

En mayo de 1945 empezó una de las más grandes tragedias en la historia del pueblo croata, la de Bleiburg (que se prolongaría durante los meses siguientes). Unos 200.000 soldados y otros tantos civiles fueron entregados por las tropas inglesas en Austria a los comunistas de Tito o impedidos de cruzar las fronteras austro-yugoslavas en procura de encontrar amparo en los aliados occidentales. Estos eran los que hablan prometido la libertad "a todos" para el fin de la guerra. Los comunistas de Tito, considerados aliados de los ingleses, se encargaron de la "misión". Interpretándola a su modo, los servio-comunistas[1]exterminaron prácticamente a la flor de la juventud croata alistada en el ejército de su país. Su tarea fundamental fue la defensa tanto del derecho de autodeterminación de su pueblo, considerado condición previa de todas las demás libertades, como de la independencia de Croacia contra la reocupaciónservia mediante el pretexto revolucionario comunista. El verdadero encargado de esta "misión" fue el Partido Comunista Yugoslavo, un partido de tintegranservio[2].
Este Partido era a la vez un instrumento, dócil y entusiasta, da la expansión del poder soviético. Enemigos mortales de la independencia de Croacia, los comunistas de Tito, disfrazados de "libertadores" nacionales y sociales de los pueblos de Yugoslavia, desencadenaron contra los croatas —soldados desarmados y civiles— furia de humillaciones, suplicios y matanzas. En lugar de la libertad prometida "para todos", se cometieron crímenes que sólo una fantasía morbosa y un fanatismo infrahumano pueden imaginar[3].
Terminada esta operación directa de "liberación" de centenares de miles de prisioneros, Belgrado implantó en el país, especialmente en la Croacia ocupada, un régimen totalitario y de discriminación nacional; un régimen de explotación neocolonial que perdura hasta el presente, con variantes de aspecto y de táctica, pero intacto en su carácter de régimen efectivamente genocida[4]. Más de un millón y medio de croatas exterminados o desterrados de sus hogares son la consecuencia y el fruto más auténtico de la "misión libertadora" que los comunistas de Tito llevaron y están llevando a cabo después de la última guerra. Actualmente las víctimas de aquel régimen granservio son los intelectuales croatas comunistas: filósofos, poetas, escritores, periodistas, economistas, estudiantes, etc. Hombres y mujeres, están "hospedados" en las cárceles de Tito. Irónicamente podríamos escribir en sus frontispicios: Escuela de Unidad y Fraternidad, como a su tiempo estaba, también con un amargo sarcasmo histórico, incisa la palabra Libertas sobre las cadenas de los esclavos de la República de Génova. Allí los alumnos son la flor y nata de los intelectuales croatas y sus "profesores" son ex pastores servios armados, "reeducándolos" como se reeduca en el Archipiélago Gulag de Soljenitsin[5].
¿Hay justicia en el mundo? No nos sorprende la crueldad del ocupador y del régimen de Tito. Allí la palabra decisiva es la de los servios, enemigos mortales de la existencia misma de Croacia. Nos sorprende, sí, el silencio, sordo y permanente, del mundo libre. En cada oportunidad, y repetidas veces, se intenta encubrir aquellos crímenes y a su verdadero autor. Después de 25 y 30 años, primero en Francia, y ahora en Inglaterra[6], empiezan a escribir tímidamente sobre aquella tremenda e indiscutible realidad. Nadie intentó llamar oficial y públicamente la atención de la opinión pública mundial sobre aquellos crímenes, ¡y ni soñar de acusar a los responsables! Incluso, leyendo la documentación británica al respecto, se aconsejó al ministro británico de Guerra no dar ninguna respuesta a una carta documentada de denuncia de dichos crímenes preparada por el ministro monárquico yugoslavo, el Dr. M. Krek. Ello "significaría la lesión de Protocolo y un gesto de enemistad respecto del régimen reconocido de Belgrado", informa Nova Hrvatska, Londres, 1975, periódico antes mencionado. Además: Documento británico R 15888 de Foreign Office.

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